Conjeturas
Por
Francisco Cruz Angulo
En vez de achicarse el Dr. José Antonio Meade candidato
presidencial de la alianza “Todos Por México” (PRI-PANAL-PVEM) ante la enorme
distancia en las preferencias electorales de más de 20 puntos respecto al
candidato de Morena, Andrés Manuel López Obrador que mantiene sostenidamente el
primer lugar según encuestas de opinión, a un tercio de días de verificarse los
comicios realiza una intensa campaña proselitista por todo el país con el
objetivo estratégico de atraer el sufragio de los indecisos, entre otros el de
los jóvenes y las mujeres de la clase media y de los pequeños y medianos
empresarios.
Este día arribará a esta capital el candidato presidencial
priísta por segunda ocasión.
Su agenda de proselitismo electoral será la siguiente:
El candidato presidencial presidirá un multitudinario mitin en
la explanada del Hotel Best Western Ne Kié a las 10 de la mañana y más tarde a
las 5:30 en Plaza principal de El Porvenir, Municipio de Bahía de Banderas.
Será acompañado por el dirigente nacional del PRI, René Juárez
Cisneros, por dirigentes estatales y municipales de los tres sectores del tricolor
en la entidad, los candidatos a diputados y senadores al Congreso de la Unión y
otros distinguidos personajes de la cúpula nacional priísta.
Sin duda alguna José Antonio Meade es el candidato
presidencial que posee una sólida formación académica y el ejercicio de la
política pública nacional en materia económica, política exterior y desarrollo
social desde una perspectiva del modelo neoliberal-tecnocrático.
Sin embargo paradójicamente esa experiencia en el ejercicio público es debilidad sencillamente porque esa política
ha generado la irritación popular debido a que se ha incrementado la
desigualdad social entre ricos y pobres en gran parte del territorio nacional.
Si el modelo económico y social que propone continuar el Sr.
Meade se hubiese reflejado en los bolsillos de más de 50 millones de mexicanos pobres
el presidente Enrique Peña Nieto no tuviera el más bajo nivel de aprobación a
su gobierno que hoy oscila entre el 20 y 22%.
Sumemos a lo anterior la pesada loza que carga en su espalda;
a saber:
1.-La fallida estrategia de combate a las bandas del crimen
organizado.
2.-Las numerosas cloacas de corrupción de gobernadores
priístas y funcionarios de primer nivel del gobierno de Peña Nieto y que continúan
en la impunidad lo cual provoca una profunda irritación y desconfianza hacia el
partido gobernante.
3.-La alianza por México en la que cada partido jala por su
lado en las elecciones estatales y el Congreso de la Unión.
Lo anterior lo podemos constatar en las campañas en los ocho
de nueve candidaturas a gobernadores, presidentes municipales, diputados
locales y legisladores al Congreso de la Unión.
Después del segundo debate entre los 4 candidatos
presidenciales el buen desempeño del Sr. Meade no se vio reflejado incremento porcentual
en las preferencias electorales ni siquiera respecto al segundo lugar que hoy
ocupa el panista Ricardo Anaya.
En otras palabras el enjundioso discurso programático del Sr.
Meade no logra conectar con la mayoría de los ciudadanos fundamentalmente en
los más de 50 millones de pobres de la ciudad y el campo.
Eso explica del por qué los líderes, candidatos y militantes
del PVEM y del PANAL optan por posicionarse por encima del candidato presidencial.
El Sr. Meade el que se autoproclama como el mejor capacitado
para gobernar al país realiza un extraordinario esfuerzo de convencer a los
mexicanos que es la mejor opción confiado en una lejana esperanza que los
electores voten razonablemente el día de los comicios del próximo 1 de julio.
Es como pedirle al que se muere de hambre que razone como le gustaría
encaminarse al cementerio…