Conjeturas
Por
Francisco Cruz Angulo
Un día antes de que se publicara la convocatoria el 22 de noviembre
para elegir a la nueva secretaria general del SUTSEM la otra aspirante al cargo
Adelaida Ibarra Rodríguez que encabeza la planilla blanca la impugnó ante la
junta de conciliación y arbitraje por considerarla que vulnera los derechos de
los trabajadores.
Argumentan que entre otras de las condiciones para aspirar al
cargo se exige que la contendiente tenga una antigüedad de más de 15 años de
servicio ininterrumpido y disponga del 30% del padrón de agremiados que la
apoyan con nombre, firma y adscripción de trabajo.
La susodicha convocatoria en realidad está sustentada en los
estatutos que actualmente rigen a esa organización. Lo que sí está claro que
los estatutos están hechos a la medida reeleccionista de su líder actual, Sra.
Águeda Galicia.
Los integrantes de la planilla blanca pecaron de ingenuos porque
debieron haber leído con atención previamente los estatutos sobre todo en lo
relacionado a la elección de sus dirigentes. De haberlo hecho lo primero que deberían
hacer es emprender una labor de concientización en su gremio para obligar a
cambiar esos artículos que, en efecto impide una elección democrática y
equitativa y de esta manera que impida el cacicazgo sindical.
Es obvio que la Sra. Águeda Galicia y el círculo cercano de
su comité busquen la reelección, sobre todo ahora que mantiene una sería y muy
controvertida relación con el Jefe del Poder Ejecutivo, Roberto Sandoval y que
por tal motivo aún no se ha firmado el nuevo Contrato Colectivo de Trabajo.
En anteriores sexenios por su cercanía con el Gobierno
Estatal era líder indiscutible y logró grandes beneficios en salarios y
prestaciones sociales para sus agremiados.
A su vez gracias a esa relación cercana al poder ejecutivo la
señora Águeda ocupó cargos de elección popular y ganó diversas prebendas para
ella y su sindicato.
Sin embargo hoy los vientos del poder soplan en su contra.
Desde el momento en que llamó a votar en contra de su mismo partido que años
antes la llevó a ocupar una curul en la XXX Legislatura Local.
Ignoro si hoy la Sra. Águeda Galicia goza del apoyo de la
mayoría de los trabajadores; o si la planilla opositora cuenta con más del 30%
de seguidores.
Si existe lo primero la más probable es que logre su
reelección en tanto que la convocatoria está apegada a los estatutos de ese
sindicato.
Pero si la planilla blanca dispone de un numeroso apoyo en
contra de la reelección de Águeda Galicia podría obligarla a reformar los
estatutos y luego ya estarán en igualdad
de condiciones para quienes compitan a ocupar
ese cargo y luego convocar a nuevas elecciones.
Nos preguntamos qué posición tomará el presidente de la Junta
de Conciliación y Arbitraje ante la impugnación de la convocatoria del 22 de
noviembre pasado. Por lo que conocemos hasta ahora admitió dicha impugnación. ¿Le dará una respuesta jurídica o política?
Está claro que políticamente la Sra. Águeda Galicia es muy
vulnerable sobre todo cuando no tiene la cobertura del poder gubernamental.
Y si no recordemos lo que le ocurrió a la otrora poderosa
cacique del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Elba
Esther Gordillo. Su enorme poder sindical y político estuvo sustentado en un
prolongado amasiato con el Gobierno Federal en turno. Su caída en desgracia no
fue tanto por ejercer un liderazgo democrático e independiente; más bien porque
constituía un estorbo a la nueva política gubernamental de Enrique Peña Nieto;
y, además, por la cauda de corruptelas cuando ejerció el poder, la que la llevo
finalmente a la cárcel.
La lideresa del SUTSEM seguramente tomó en cuenta estos
factores a la hora de tomar la decisión de buscar su reelección.
En todo caso lo que podría ocurrir ante tal descontento sería
la formación de otro sindicato como lo fue en su momento cuando un grupo de
burócratas decidieron crear el Sindicato Independiente de Trabajadores al
Servicio del Estado (SITEN) separándose del SUTSEM.