Estas acciones
surgieron inicialmente en la universidad Iberoamericana en donde más de un
centenar de jóvenes universitarios
manifestaron su rechazo al candidato del PRI-PVEM, Enrique Peña Nieto, al que
lo tildaron como marioneta del grupo salinista y producto vendible de los
duopolios de la televisión.
La cola del
viejo PRI asomó cuando el líder nacional del tricolor, arremetió en contra de
los jóvenes calificándolos de acarreados, provocadores y alentados por el
candidato de las izquierdas, Andrés Manuel López Obrador. Gran parte de los
medios de comunicación afines a Peña Nieto se sumaron a ese linchamiento.
Días después,
en un video divulgado en las redes
sociales los jóvenes de la IBERO rechazaron tales calificativos y mostraron sus
caras y credenciales de estudiantes rechazando que no fueron ninguneados por
nadie. Reclamaron su derecho a disentir y a la libre asociación y manifestación
de ideas.
Estas acciones de protesta no quedaron allí:
más tarde convocaron a una manifestación pública invitando a más jóvenes de
otras universidades con el fin de exigir que los canales de televisión no sesguen
o manipulen la información a favor de un candidato. Dicha protesta juvenil convocada
por las redes sociales tuvo un gran éxito.
Estas manifestaciones
encontraron eco en otras universidades al interior del país. Lo novedoso fue
que los jóvenes utilizaron las redes sociales para ponerse de acuerdo. Así fue
como participaron muy activamente en las dos últimas concentraciones multitudinarias,
una, en el Zócalo, el pasado domingo y la otra en la Plaza de Tlatelolco en donde
exigieron al candidato de las izquierdas una mayor inversión en la educación,
en la tecnología y la investigación científica, así como en la creación de
empleos para millones de jóvenes que egresan de las universidades.
Ante esta movilización
juvenil convocada en las redes sociales el candidato del PRI, Enrique Peña
Nieto se vio obligado a mirar a los jóvenes y en un Manifiesto de 10 puntos se
comprometió a respetar la libre manifestación de ideas, la libertad de prensa y
la defensa a los Derechos Humanos. De igual manera prometió invertir más
presupuesto en la educación, ciencia y tecnología, así como elevar el
Presupuesto a las universidades.
Josefina
Vázquez Mota hizo lo propio. En una primera declaración exhortó a los jóvenes a
tomar las calles para demandar propuestas de los candidatos a favor de la educación.
Y, aún más: fustigó el cacicazgo magisterial de Elba Esther Gordillo por ser la
responsable de la mediocridad de nuestro sistema educación nacional.
Fue evidente
que los 4 candidatos presidenciales quisieron montarse y capitalizar a su favor
las protestas juveniles. Probablemente el que mejor entendió ese enojo de los jóvenes
fue López Obrador, pues, según parece, los jóvenes clase medieros y de sectores
pudientes lo están viendo como una buena opción de gobierno. Es obvio, pues los
jóvenes universitarios están mejor informados y tienen acceso al internet.
Probablemente
no incidan con gran peso en los resultados electorales. Sin embargo pudiera ser
el detonador de un gran movimiento social que arrastrara a otros sectores de la
sociedad que no ven una buena opción de gobierno, ni en el PRI, ni en el PAN.
Pudiera pensarse
que se trata de hechos circunstanciales y que al paso de los días se diluirá
ese fenómeno de las redes sociales. Muchos de los analistas políticos sostienen
que esta protesta juvenil de hecho no se ve reflejado en las intenciones de
voto que hasta hoy el candidato del tricolor se mantiene desde hace varios
meses en un promedio de 20 puntos sobre su más cercano competidor.
No obstante
estas cifras promedio a favor de Peña Nieto, el pasado martes se publicó una
encuesta hecha por la muy respetable investigadora María de las Heras en la
cual presenta otros resultados; a saber: Peña Nieto 39% que representa alrededor
de 19 millones de votos; AMLO, 31% con 15 millones de votos; josefina Vázquez
Mota, 26% con 13 millones; y Gabriel Quadri, 4% con 2.3 millones de votos.
Estas proyecciones
contrastan notablemente con las publicadas día a día por el Grupo Milenio-GEA-ISA.
La encuesta
de la señora Heras no creo que esté cuchareada debido a que es de todos
conocidos su relación conyugal con un alto dirigente del CEN del PRI.
De confirmarse
las tendencias que señala esa encuesta podríamos avizorar una elección presidencial
muy competitiva entre el PRI y el Movimiento Progresista de López Obrador.