Para iniciar,
la empresa que fue contratada por el IFE para producir ese evento político
televisivo no hizo bien su chamba. Hubo tal rigor en el formato que hasta los camarógrafos
dejaron fuera de pantalla los documentos testimoniales que utilizaron 3 de los
candidatos para apoyar sus aseveraciones. Luego llamó poderosamente la atención
el vestuario de la edecán que hizo llegar una urna para que de ella sacaran los
candidatos el orden de su presentación así como los temas que abordarían cada
uno de ellos. Ante la mirada sorpresiva de todos la edecán lució en todo sus esplendor
sus exuberantes senos, lo cual generó morbo, criticas y especulaciones del por
qué llevó un vestuario inadecuado por la seriedad del evento.
Fue tal el
escandalo que provocó la aparición por escasos 20 segundos de la edecán que
hasta el mismo IFE pidió una disculpa pública a los candidatos y al
teleauditorio.
Por lo que
se refiere al debate sucedió lo que todo mundo previó: el priista Peña Nieto salió
a lidiar las embestidas de la panista y de el “peje” candidato de las
izquierdas. El priista no se amilanó y por primera vez dio la cara para
responder a señalamientos concretos de sus adversarios. Su estrategia le
funcionó: contrarreplicó y atacó cuando fue necesario cuidando de no provocar
encontronazos. Desenfundó la espada pero no se fue a la yugular del gobierno calderonista que prohijó a
Josefina Vázquez Mota. Por lo tanto, Peña Nieto salió bien librado.
Lo más
interesante de sus propuestas fue su proyecto de la seguridad social universal,
la política alimentaria para combatir la pobreza y la reforma energética.
A Josefina
le faltó más profundidad en sus propuestas para que la mostraran como diferente
frente a la de sus adversarios, sobre todo a las del candidato priista a quien
destinó todos sus ataques. Dio la impresión que estaba en un concurso de
oratoria con temas aprendidos de memoria. Su mejor propuesta fue la relacionada
a la educación con claro mensaje a la cacique magisterial, Elba Esther Gordillo,
quien ha sido el principal obstáculo para
mejorar nuestro sistema educativo desde hace décadas. Las demás propuestas son
la continuación de las políticas públicas de los dos gobiernos panistas.
López
Obrador se mostró como un político fiel
a sus principios ideológicos, pero con el
mismo discurso contestatario de hace 6 años.
Como su
objetivo también era pegarle a Peña Nieto recurrió a los mismos argumentos de
hace décadas para descalificar a sus adversarios: que Peña Nieto fue una imposición
de la pandilla salinista en contubernio con los duopolios de la televisión privada;
se quejó del cerco informativo a su campaña y puso en duda la imparcialidad del
IFE.
Otro de los
ejes de sus intervenciones en el debate fue el combate a la corrupción y ala impunidad.
Además se colgó de las figuras emblemáticas del Dr. Ramón de la Fuente, Cuauhtémoc
Cárdenas y Marcelo Ebrard que los integrará a su gabinete de llegar a Los
Pinos.
Por otro
lado, López Obrador aprovechó más tiempo a promover su proyecto de nación de
cambio verdadero. Lo hizo como un profeta que clama en el desierto prometiendo
el advenimiento de un nuevo mesías que redimirá a los pobres.
Gabriel
Quadri fue el gran ganador. Como no tenia nada que perder se movió con más
seguridad, en tanto que su candidatura ocupa el último lugar en las preferencias
electorales.
El candidato
del PANAL hizo novedosas propuestas en materia de política energética para
elevar la competitividad en esa industria paraestatal sustentada en el
aprovechamiento de nuestros recursos hidrológicos, eólica y la energía solar
que mediante la asociación estatal y privada se modernice nuestra industria
petrolera. Hizo otras propuestas similares a las del candidato del PRI que
tienen que ver con el empleo, educación, política ecológica, salud y combate a
la pobreza.
Lo único que
pudiera criticársele al señor Quadri fue
su insistencia en descalificar a los políticos que no se ponen de acuerdo y se
atacan por la ambición de usufructuar el poder. Como si él no formara parte de
esa clase política a la que pertenece Elba Esther Gordillo, ya que es una
influyente protagonista de las actuales estructuras del poder; la misma que lo
designó como su candidato presidencial.
Si tomamos
en cuenta la falta de una cultura política del debate en nuestro país, con
todas las críticas que se hagan, de cualquier manera fue un ejercicio democrático.
Esperemos que el próximo debate del 10 de junio sea mejor en formato y
contenido.