Por Francisco Cruz Angulo
El uso de las computadoras de niños y profesores en los
procesos educativos en las zonas rurales y marginadas de la población será
difícil cuantificar su impacto en la calidad de la enseñanza.
El mejor ejemplo lo tenemos en la postura que asumieron miles
de profesores afiliados en la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la
Educación (CNTE). En su mayoría desempeñan su trabajo docente en los estados
más atrasados del país, entre otros, Guerrero, Morelos, Michoacán, Oaxaca y
Chiapas.
En estas entidades rechazan, no solo el uso de las
computadoras sino a la nueva reforma constitucional educativa aprobada
recientemente por el Congreso de la Unión y en más de una veintena de
legislaturas locales.
A diferencia de los maestros afiliados al SNTE que luego de
haber sido sujeta a proceso penal su ex presidenta vitalicia, Elba Esther
Gordillo por lavado de dinero y delincuencia organizada, su nuevo líder
nacional, Profr. Juan Díaz de la torre optaron por apoyar la mencionada
reforma, en tanto que los de la Coordinadora suspendieron clases en cientos de
escuelas marcharon por las calles, tomaron edificios públicos, bloquearon
carreteras federales demandando a sus gobernadores y legisladores locales a dar
marcha atrás en la reforma educativa por considerar que no está apegada a la
realidad.
La beligerancia de este sector radical de los trabajadores de
la educación no es de ahora. Recordemos que su primera consigna fue la expulsión
de Elba Esther para poner fin al cacicazgo sindical que impedía la
democratización del SNTE.
Incluso ya con la reforma educativa en puerta propuesta por
el Presidente Peña Nieto y avalada por el PRI, PAN y PRD en el Congreso de la
Unión, ambas corrientes magisteriales paradójicamente coincidieron en
rechazarla. Los extremos se juntaron, solo que la peor parte la sacó Elba
Esther a la que dejaron sola en la cárcel.
Las movilizaciones de los integrantes de la Coordinadora dio
resultados favorables en Guerrero donde el Gobernador Ángel Aguirre cedió a las
presiones de los paristas al enviar al Congreso del Estado una iniciativa de
Reforma a la Ley Estatal de Educación y ordenó pagar los salarios a todos
aquellos profesores que abandonaron su trabajo docente. Todo parece indicar que
bajo esta misma táctica de presión los de la Coordinadora en el resto de los
estados arriba señalados se saldrán con la suya. De ser así es previsible que
podría haber controversias constitucionales en materia educativa.
¿Cuál es la causa que une a casi todos los maestros del
Sistema estatal y federal? Simplemente, nada menos que ser evaluados, reprueben
una y otra vez y finalmente pierdan su empleo.
Por supuesto tienen razón en que no pueden ser evaluados con
un mismo rasero los que trabajan en estados de la República de gran desarrollo
en donde los docentes tienen mejores condiciones de trabajo y mejores salarios,
no así los que trabajan en zonas marginadas en donde ni siquiera hay luz
eléctrica y que tienen que enseñar en condiciones deplorables a niños
desnutridos que caminan enormes distancias para llegar a la escuela.
Evidentemente estas condiciones diametralmente opuestas deben
ser atendidas en el marco de la nueva reforma constitucional de nuestro Sistema
Educativo Nacional.
Desde esta perspectiva la Ley reglamentaria al Artículo 3°
Constitucional, esto es, la nueva Ley Federal de Educación deberá recoger la
opinión y propuestas del gremio magisterial y expertos en la materia, de manera
que no sean acciones voluntaristas y diseñadas por un puñado de burócratas de
tal forma que la nueva Ley Federal de Educación refleje las condiciones
heterogéneas en donde laboran el millón y pico de profesores en todo el país.
Y en los procesos de operación de esta Ley deberá concretarse
transversalmente con otras dependencias
de gobierno que atiendan las condiciones sociales y económicas de las
comunidades más pobres.
De poco servirá la introducción de las modernas tecnologías
cibernéticas, de evaluaciones y cursos de capacitación en un entorno social en
donde el maestro carece de una buena infraestructura escolar, alumnos bien
alimentados y profesores sin vocación de servicio y mal pagados.
Lo único que se estará generando es más “grillos” en las
calles y profesores chambistas que son utilizados como carne de cañón de los
partidos políticos y de gobernantes corruptos y enfermos de poder.