Conjeturas
Por
Francisco Cruz Angulo
Un numeroso grupo de la tribu yaqui procedente del Estado de
Sonora encabeza una caravana que recorrerá las principales capitales de los
Estados de la República cuyas demandas principales son la no privatización de
los mantos acuíferos. La contaminación ambiental cuando las empresas petroleras
trasnacionales y empresarios mexicanos pretendan extraer petróleo y gas natural
de las zonas rocosas y la deforestación de selvas, bosques y demás zonas
forestales por depredadores de empresas fraccionarias que bajo el argumento de
desarrollar polos turísticos o construir casas-habitación provocan el ecocidio
de la flora y fauna silvestre.
La tribu yaqui lleva años de lucha en contra de gobiernos
priístas y panistas de su entidad que pretenden despojarlos de sus recursos hidrológicos
lo cual ha encontrado oídos sordos en el Gobierno Estatal y Federal. Algunos de
sus líderes están en la cárcel, lo cual no los amedrenta para continuar en su
lucha.
Por tales razones sus dirigentes el pasado jueves por la
mañana ofrecieron una conferencia de prensa en el centro de esta capital.
Allí informaron que a su movimiento se les están sumando
organizaciones ecológicas, -que nada tienen que ver con el PVEM-;
organizaciones políticas y sociales independientes que ven con preocupación el
proceso de privatización de nuestros recursos naturales disque para reactivar
nuestra economía; pero que en lugar de ese cuento se esconde la rapiña y la contaminación
de nuestro medio ambiente.
En efecto recordemos el desastre natural que provocó el huracán
Íngrid en el puerto de Acapulco, Guerrero cuando una compañía fraccionadora en
contubernio con funcionarios de la Semarnat edificaron un fraccionamiento
financiado por el Infonavit sin tomar en cuenta los protocolos de seguridad que
mandata la ley. Entre otros el no construir en terrosos fangosos que en el
pasado eran cauces de ríos o antiguas lagunas.
Las consecuencias que provocaron esos vivales fueron
mortales. Los terribles aguaceros del huracán destruyeron cientos de casas y
murieron ahogados decenas de personas y cientos se quedaron sin ese patrimonio
familiar y sin bienes domésticos porque se los llevó el agua.
En aquella ocasión el presidente Enrique Peña Nieto prometió
apoyo a los siniestrados y una profunda investigación a quienes motivados por
las suculentas ganancias violentaron la ley de protección civil. Hasta la fecha
los afectados no se les han hecho justicia ni los que fraudaron están en la cárcel.
Otro ejemplo emblemático de abuso de poder y corrupción fue
el caso del gobernador panista de Sonora, Guillermo Padrés Elías quien por ley
de sus testículos construyó una presa de más de un millón de litros cúbicos en
terrenos de su propiedad. Estas aguas fueron desviadas del cauce de una fuente
del rio Sonora que pasaba cerca de su terreno, mismas que eran utilizadas para
el riego de sus tierras en perjuicio de las comunidades ubicadas rio abajo.
Esta denuncia fue bien documentada en el noticiero “Atando
cabos” conducido por la periodista Denisse Maerker.
La sanción que aplicó la Semarnat fue obligar al gobernador a
destruir la presa y una multa por haber perforado pozos clandestinos.
Los nayaritas tenemos dos casos cuando no se toma en cuenta
los protocolos de impacto ambiental. Uno de ellos es el ejido de Palmar de Cuautla.
El hecho de permitir que los pescadores construyan sus casas cercanas al mar en
época de ciclones o huracanes sus viviendas son destruidas. Estos daños cuestan
mucho al erario público.
El otro caso lo vivieron los habitantes que tenían sus casas
en ambos márgenes del canal “El Indio” en la cabecera de Xalisco, Nayarit.
En la última torrencial lluvia anegó de agua la mayoría de
las viviendas lo que provocó que decenas de familias perdieran todos sus
enseres domésticos.
Afortunadamente el Gobierno del Estado atendió de inmediato
el problema.
Otro problema que debemos estar alerta los tepicenses, la delegación
de la Semarnat y el Ejecutivo Estatal es la tentación de empresas
fraccionadoras e inmobiliarias de esta capital que pretenden construir una nueva zona habitacional en las faldas del
cerro de San Juan que es uno de los pulmones más importantes de esta ciudad. Por
el lado del libramiento carretero Tepic salida a Mazatlán se ve movimiento que
apunta en este sentido. La construcción de lujosas residencias en las alturas es
una obsesión megalomaniaca de los riquillos y políticos corruptos…