Conjeturas
Por
Francisco Cruz Angulo
De los candidatos independientes a diversos puestos de elección
popular luego de que después de tortuosos trámites burocráticos para lograr su registro
ante el INE, los que más destacan son el candidato independiente a gobernador
por el Estado de Nuevo León, Jaime Rodríguez “El Bronco“; el candidato a
presidente municipal en Morelia, Michoacán, Alfonso Martínez Alcázar y algunos
candidatos a la asamblea legislativa del Distrito Federal y en delegaciones de
aquella capital.
Lo que atrae la atención de la opinión pública nacional es la
que protagoniza el “Bronco”.
Según la mayoría de las encuestas coinciden que la
competencia es muy cerrada entre el empresario regiomontano y la candidata de
la coalición PRI-PVEM, Ivonne Álvarez y sin posibilidades de triunfo el
candidato de Acción Nacional, Felipe de Jesús Cantú.
Lo más interesante ocurrido en estos últimos días de la etapa
final de la competencia electoral es el hecho de habérsele sumado como aliado
del el “Bronco” el candidato del Movimiento Ciudadano, Fernando Elizondo.
Fue una excelente estrategia de ambos personajes que tienen
carreras políticas diferentes.
El “Bronco” viene de una larga militancia priísta de más de
30 años en tanto que Fernando Elizondo era panista de pura cepa, incluso ya
gobernó al Estado interinamente.
El hecho que el “Bronco” haya pactado una alianza con el ex
panista le puede dar un rumbo programático a su gobierno en caso de que gane la
competencia que este pudiera estar sustentado en los temas substanciales del
Partido Movimiento Ciudadano.
Por otro lado este pacto pudiera allegarles votos a los
candidatos de ese partido (Movimiento Ciudadano), tanto en la elección federal
como en la estatal.
De ganar la elección el “Bronco” como candidato independiente
dará fin al bipartidismo que durante varios sexenios se han alternado el poder
ejecutivo estatal el PAN y el PRI, lo cual representa un claro rechazo a ambos
partidos políticos.
Este rechazo a la partidocracia podría ir más allá, esto es,
a que en la sucesión presidencial pudiera surgir un candidato ciudadano a la
presidencia de la república en el 2018.
Ante el descredito de los partidos políticos de aquí a 3 años
podría generarse el caldo de cultivo social y económico que posibilite este
tipo de candidato como lo intentó por primera vez en el año 2000 el ex canciller
panista Dr. Jorge Castañeda. No tuvo éxito su candidatura independiente porque
se lo impidió la ley electoral de aquellos tiempos.
Ahora bien, si no gana el “Bronco” por lo menos hará que los
partidos políticos democraticen sus elecciones internas y dejen de ser
franquicias patrimonialistas.
Por supuesto los candidatos independientes no son la panacea
para la democratización de nuestras instituciones o el que salvará a México. El
problema no es quien gobierna sino cómo y con quienes gobierna.
Tal y como está diseñada la actual ley electoral no son
asequibles a cualquier ciudadano a menos que sea un líder carismático y popular
o de algún aspirante que provenga de la clase media-alta y que su territorio
electoral esté delimitado a una presidencia municipal o a una diputación federal
o estatal.
Las candidaturas independientes a senadores, a gobernadores y
a la presidencia de la república son de ligas mayores.
Competir por esos espacios de poder significa disponer de enormes
recursos financieros; de numerosas bases de apoyo popular y de una excelente y
eficaz organización y un programa de acción que motive a los ciudadanos a votar
el día de la elección.
¿Quiénes podrían estar en condiciones de competir sin tener a
su alcance estos importantes factores para la competencia electoral mientras
que los tres grandes partidos mayoritarios si lo disponen?
A nuestro juicio solo estarán en condiciones de competir
poderosos empresarios que hoy muestran
su descontento a las reformas estructurales del presidente Peña Nieto; los líderes
de reconocidas asociaciones civiles que han adquirido una fuerte presencia en
el país o prestanombres de los carteles del tráfico de la droga que se esconden
sus operaciones de lavado de dinero en poderosos corporativos de la industria, el comercio o en compañías de bienes raíces. ¿A
eso le apostamos?..