Circula por
las redes sociales dos temas que son objeto de múltiples comentarios en torno a
declaraciones públicas del Gobernador del Estado Roberto Sandoval Castañeda.
La primera
la pronunció ante trabajadores de la educación. Allí los exhortó a la creación de
una red de profesores de militancia priista, los que gozarán de importantes
beneficios laborales a cambio de estar en la primera línea de acción en las
tareas políticas del tricolor.
La segunda
noticia que generó el Gobernador fue su declaración que una vez que tome posesión
Enrique Peña Nieto como Presidente Constitucional de México, le solicitará que
todas las delegaciones federales en Nayarit sean ocupadas por militantes
priistas en virtud que nuestra entidad porcentualmente ocupó el segundo lugar
en la aportación de votos a favor de Peña Nieto durante los pasados comicios
federales.
La invitación
que hizo Roberto Sandoval a conformar una red de profesores priistas irritó a
los dirigentes de la Sección 20 de maestros al interpretarlo como la creación de
un sindicato paralelo a las secciones del Sindicato Nacional de Trabajadores de
la Educación (SNTE), tal y como se ha operado en otras entidades en donde el
gobernante en turno gesta y patrocina su propio sindicato con el objetivo de quitarse
de encima las presiones políticas del cacicazgo de la profesora Elba Esther
Gordillo, que utiliza su poderío sindical para exigir posiciones administrativas
y prebendas en el aparato gubernamental.
No hay por
que escandalizarse sobre la iniciativa del gobernador. De hecho un gran número
de maestros del sistema estatal y federal están afiliados a la CNOP como sector
del PRI.
Seguramente el
problema radica en los cambios de chaqueta de sus dirigentes o su doble juego inaceptable
para un mandatario que se autoproclamó el primer priista de Nayarit.
En efecto, por
los resultados electorales en los dos últimos sexenios, los líderes
magisteriales se la han jugado con el PRD o con el PAN en función a sus muy
particulares intereses políticos.
En la elección
próxima pasada llamaron a su gremio a ejercer el voto dividido, esto es, por
Peña Nieto a la Presidencia de la República y por los candidatos del PANAL al
Congreso de la Unión.
Si Roberto
Sandoval actúa en la lógica de reagrupar al magisterio estatal y federal en
torno al PRI, está en todo su derecho como militante priista, más no como
gobernante en tanto que manda señales de que será más condescendiente a los que
muestren su filiación priista. ¿Entonces en donde quedará su palabra empeñada de
que dará el mismo trato a todos los nayaritas independientemente de su filiación
política o religiosa?
Por tales
razones, la reacción del cacicazgo magisterial de la Sección 20 no se hizo
esperar. Divulga malévolamente por las redes sociales que Roberto Sandoval creará
y patrocinará desde Palacio de Gobierno a un sindicato magisterial a modo con
la finalidad de debilitar a la secciones del SNTE. No creo que sea su pretensión,
menos aun cuando Enrique Peña Nieto necesitará de los 11 votos de la bancada
del PANAL en San Lázaro para hacer mayoría simple en alianza con el PVEM en la
próxima Legislatura Federal para sacar adelante su agenda presidencial.
Respecto al cotorreo
en torno a quienes deberán ocupar las delegaciones federales en Nayarit, no hay
nada nuevo. En cada sexenio, los titulares de las delegaciones federales son
designados de acuerdo a la línea ideológica del partido en el poder
presidencial. De hecho es una regla no escrita en nuestro sistema político.
Lo novedoso
hubiera sido que el jefe del Gobierno de
la Gente hubiera dicho que ocuparía esas delegaciones los mejores
profesionistas de Nayarit, en función a su capacidad y honorabilidad y no a su afiliación
partidista. Ello contribuiría a transparentar el ejercicio del poder público
federal en nuestra entidad. Eso sí hubiera sido una notable noticia.