Conjeturas
Por
Francisco Cruz Angulo
He sostenido en diversas ocasiones que los servidores
públicos de elección popular por ética profesional deben cumplir la totalidad
del tiempo de su mandato constitucional.
¿Por qué de esta afirmación? Porque es conocido por todos que
presidentes municipales, diputados y senadores en cuanto acceden al cargo ya están
pensando en cómo llegar a un puesto más alto y rentable descuidando su
responsabilidad de cumplir lo que prometieron durante su campaña electoral. En los
hechos son servidores de medio tiempo porque desde el segundo año en el cargo
de diputados o alcaldes realizan
proselitismo preelectoral utilizando los recursos públicos en vez de
resolver los problemas de su comunidad.
Estos son los casos de alcaldes que aspiran a la gubernatura
de Nayarit o a una diputación local o a otro cargo público de elección popular.
Entre estos “suspirantes” a la silla gubernamental agarraron
breño los alcaldes de Tepic, Dr. Leopoldo Domínguez y el presidente municipal
de San Blas, Hilario Ramírez Villanueva “Layín”.
El primero está más preocupado de cómo posicionar su imagen
pública en el resto de los municipios ante una eventual competencia interna por la candidatura del PAN frente a su posible
competidor, en este caso el presidente del Grupo Álica el joven empresario Antonio Echevarría García.
Ante tal actitud del primer edil tepicense este año no tendrá
el suficiente tiempo para cumplir su
propuesta de los 100 compromisos que prometió cumplir para transformar
la imagen del municipio de Tepic, esto es, mejores servicios públicos, obra
pública, programas sociales y divulgación de la cultura.
Como se le agota el tiempo antes de pedir licencia para
separarse del cargo, a última hora apertura la ejecución de obra pública vial -por
cierto no bien planificada-, lo que ha generado un molesto caos vial por toda
la capital. De los servicios públicos siguen de mal en peor.
Con esa carta de presentación no creo que le sirva mucho para
convencer a los nayaritas que es la mejor opción para gobernar a la Entidad.
Si su círculo cercano de amigos lo hacen creer que con la divulgación
de encuestas atraerá a los nayaritas, se equivoca.
Tuve en mis manos un panfleto al respecto en el cual solo
aparecen el Dr. Domínguez con el 29.3%, seguido por Cota Jiménez con 11.3% y “layín”
con el 10.5%.
Extrañamente no aparecen los nombres en la susodicha encuesta
de los otros aspirantes Antonio Echevarría García, Raúl Mejía González y
Margarita Flores. Por supuesto el Dr. Domínguez va a la cabeza en la encuesta. Con esas cifras a favor del alcalde tepicense
dan por hecho que será el próximo gobernador. Y ni para divulgar encuestas
tienen imaginación y creatividad los subalternos del alcalde al presumir que, como
si no fuera su obligación iniciarán el
programa “El Cambio se Prende” por medio del cual instalarán 20 mil luminarias
LED en todas las comunidades del municipio de Tepic. En vez de favorecerlo, lo ridiculizan
pues dicho programa lo iniciarán al cuarto para las doce.
A lo anterior agreguemos la mala política de comunicación social
respecto a los conflictos laborales que enfrenta con uno de los sindicatos de burócratas
y de sus tensas relaciones con el Gobierno Estatal. La estrategia de victimizarse
le ha dado pésimos resultados políticos y de imagen pública.
Al igual que los amigos del Dr. Leopoldo Domínguez, los de “layín”
se pavonean que van arriba en las preferencias electorales de los nayaritas en
su objetivo de ganar el poder ejecutivo estatal.
Lo que exhibe el alcalde de San Blas Hilario Ramírez es su
presuntuosa obsesión porque cree que como candidato independiente ganará por
esta misma vía la silla gubernamental, según él porque los políticos son
mentirosos y corruptos.
Sin ningún proyecto de gobierno en la mano para conquistar
simpatías “layín” recurre a oprobiosas acciones de regalar dinero en lugares
públicos y emborrachar a miles de parroquianos con miles de litros de cerveza
en pueblos y rancherías, mientras que en las dependencias del gobierno
municipal de San Blas no hay ni para comprar papel de baño. No cabe duda que
layín confunde los premeditados actos de caridad y costosas comilitonas con lo
que debe ser la responsabilidad de ejercer el servicio público.
Está visto que los que acceden al poder por la vía
independiente son un chasco.
El mejor ejemplo lo tenemos en el gobierno de Nuevo León que
preside Jaime Rodríguez el “Bronco” que tantas esperanzas despertó en el ámbito
nacional puesto que en días pasados sufrió un severo revés en la confianza popular al no tomar las medidas preventivas
que evitaran el cruento motín de reos en el reclusorio de Topo Chico en donde
fueron asesinados 49 reos y decenas de heridos.
Si el “Bronco” se hubiera aplicado en los primeros 8 meses en
limpiar la casa sucia que le dejó su antecesor en vez de ocuparse de cómo articular
un movimiento nacional que lo impulsara a la Presidencia de la República en el
2018, se hubiera evitado esa tragedia humana.
Mientras la obsesión por el poder sea una divisa personal o de
los líderes de los partidos políticos y no sea el servicio público será una
utopía fortalecer nuestro sistema democrático.
Al político lo conoceréis por sus acciones, no por sus palabras,
sentencia un refrán popular…