Conjeturas
Por
Francisco Cruz Angulo
El partido Acción Nacional enfrenta uno de sus peores
momentos de cara a la elección de su próximo presidente nacional a celebrarse
el 19 de mayo del año en curso.
Dos corrientes se disputan el control del partido, a saber,
por un lado la corriente dominante que encabeza el Sr. Gustavo Madero apoyado
abiertamente por los coordinadores en la Cámara de Diputados y de Senadores, Luis
Alberto Villarreal y Jorge Luis Preciado respectivamente y de liderazgos
regionales de gran peso político. Esta corriente hegemónica pretende reelegir a
su actual líder Gustavo Madero.
Su contraparte visiblemente la encabeza el Senador Ernesto
Cordero el que cuenta con el apoyo de la mayoría de los senadores panistas.
Se dice que tras él se oculta la mano del ex presidente
Felipe Calderón, quien por cierto volvió al escenario nacional como presidente
de una fundación denominada “desarrollo humano sustentable”.
El otro aspirante a la presidencia nacional del blanquiazul
es el ex gobernador de Guanajuato, Juan Manuel Oliva. Este personaje que ejerció
durante años el periodismo como profesión le apuesta a ser el fiel de la
balanza entre las dos corrientes arriba señaladas.
El Sr. Oliva presume que puede ser el factor de unidad del
panismo nacional recuperando los principios doctrinarios que dieron origen a
ese partido.
Sin embargo este aspirante tiene escasa presencia en el escenario
político nacional. Se rumora que finalmente será el cabúz de Ernesto Cordero
con el que hará mancuerna como secretario general.
Por último está la imprevisible Josefina Vázquez Mota. Lo único
que tiene claro es su animadversión por el reelecionismo en su partido. Alega al
igual que Cordero que el PAN debe deslindarse de su alianza mediática con el
PRI dado que se está desfigurando como partido opositor.
De los tres aspirantes sin lugar a dudas, la Lic. Vázquez
Mota es la que tiene más tablas en la política nacional: coordinadora de la
campaña presidencial de Felipe Calderón; dos veces secretaria de Estado;
coordinadora de la bancada de diputados y finalmente candidata a la presidencia
de la república en el 2012 en la cual ganó para su proyecto político poco más
de 11 millones de electores.
Si decidiera
postularse como candidata a la presidencia nacional de su partido tendría amplias
probabilidades de ganar. Es una mujer talentosa con gran experiencia política que
bien ayudaría a la renovación de su partido, hoy fracturado por mezquinos
intereses. Conoceremos su decisión a mediados de marzo cuando se inscriban los
candidatos.
Algunos columnistas nacionales publicaron una versión muy mamona
que de ser cierto significaría un retroceso para la carrera política de
Josefina en las filas de Acción Nacional, esto es, que probablemente aceptará
un cargo de embajadora ofrecida por el Presidente Peña Nieto.
La elección interna del presidente nacional del PAN es
importante porque está en puerta las
elecciones federales y estatales en el 2015 en donde estarán en disputa 9 gubernaturas
y 16 procesos electorales estatales en donde solo se elegirá a presidentes
municipales y diputados locales uninominales y plurinominales, así como la renovación
de la cámara baja del Congreso de la Unión.
Si no hay un liderazgo nacional panista fuerte y cohesionado de
toda su militancia será un desastre en la competencia electoral. La unidad
fortalece; la división interna conduce inevitablemente a la derrota.
Si a todo ello le agregamos a una izquierda que irá dividida
en el 2015 con la incursión del partido lopezobradorista (MORENA) se le estará abriendo
una gran avenida al tricolor para que este partido hoy en el poder recupere su hegemonía
política en casi la totalidad de los estados en el país.
A consecuencia de las desavenencias internas en los partidos
de oposición están generando las condiciones para la continuación del PRI en la
silla presidencial en el 2018.