Conjeturas
Por
Francisco Cruz Angulo
Al inicio de cualquier gobierno el cambio de los titulares en
cada área de la administración requiere de un previo diagnóstico de la
situación que guarda esa área, evaluar el desempeño de su personal de base y de
confianza, limpiar la casa y luego emprender los cambios pertinentes de acuerdo
a una agenda programática de trabajo. A esta etapa algunos lo llaman curva de
aprendizaje.
Parece que esta etapa debiera haberse cumplido. El Ejecutivo
Estatal Antonio Echevarría García exige resultados de su equipo de gobierno ante
una creciente demanda de los nayaritas.
Sin embargo para cumplir tal exigencia ciudadana es necesario
que cada una de las dependencias de gobierno sobre todo seguridad pública,
educación, salud, obra pública, agricultura, vivienda, turismo y programas
sociales deben tener una brújula conductora, esto es, cuáles serán sus
objetivos programáticos a corto, mediano y a largo plazo.
Esta brújula conductora de los actos de gobierno es
precisamente el Plan Estatal de Desarrollo 2017-2021.
De acuerdo a la agenda de trabajo de la Secretaría de
Planeación, Programación y Presupuesto del Gobierno aliancista pronto estarán concluidos
los foros temáticos de consulta ciudadana que serán la base programática del
susodicho Plan Estatal de Desarrollo.
Una vez que sea diseñado por los expertos en la materia el Gobernador
del Estado lo enviará a la XXXII Legislatura para su análisis y aprobación. Recuérdese
como lo señaló alguna vez el presidente Enrique Peña Nieto: el Ejecutivo
propone y el Legislativo dispone.
De no acelerarse este paso existe el riesgo que su implementación
sea politizada por la competencia electoral en la que se disputa la silla
presidencial y la renovación de diputados y senadores en las dos cámaras del
Congreso de la Unión.
Por lógica política este gobierno aliancista de mayoría en el
Congreso del Estado formará parte del proyecto presidencial (PAN-PRD y Movimiento
Ciudadano) que encabeza su hoy precandidato Ricardo Anaya.
Esta lucha por la silla presidencial será virulenta sobre
todo ante la alianza PRI-PVEM-PANAL cuyo abanderado es el Dr. José Antonio
Meade impuesto desde Los Pinos por el presidente Enrique Peña Nieto.
Como el precandidato Meade no hace ni burbujas es inminente
que Peña Nieto utilice la fuerza económica y política del estado para que su alicaído
precandidato sea competitivo ante los precandidatos de “México al Frente”
Ricardo Anaya y Andrés Manuel López Obrador de MORENA.
Desde esta perspectiva el presidente Enrique Peña Nieto por
conducto de la Secretaría de Hacienda bajará a cuenta gotas el presupuesto ordinario
y ya no se diga los recursos extraordinarios que se obtienen mediante
negociaciones discrecionales a los 15 estados como el que protagoniza el
gobernador panista de Chihuahua Javier Corral y, más aun cuando la alianza
opositora PAN-PRD gobierna 16 estados de la república, lo que traerá como
consecuencia que la implementación de los programas del Plan Estatal de
Desarrollo avanzará a paso lento.
De allí la necesidad de implementar una eficaz política de comunicación tanto en el Gobierno
Estatal como en el Congreso del Estado. Existe el riesgo que los espacios informativos
vacíos los llenarán inevitablemente la basura de golpeteo político en contra de
los partidos de oposición al PRI…
Las pugnas
internas en Morena.-Es lamentable que algunos cuadros políticos prominentes
del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena)
en nuestra entidad estén más preocupados en agandallar una curul al Congreso de
la Unión que en dedicar más tiempo y esfuerzo en organizar y capacitar a su
base militante y a miles de simpatizantes a crear una sólida estructura
territorial en toda la entidad con el objetivo de disponer de representantes en
todas y cada una de las casillas electorales y fundamentalmente la de motivar a
la gente a votar el próximo 01 de julio.
Son tantos los que a codazos pretenden subirse al barco de
Morena que podrían hundir la nave. Que no se hagan bolas, el único amarrado
como candidato al senado es el Dr. Miguel Ángel Navarro Quintero…