Por
Francisco Cruz Angulo
A propósito
del pleito entre el coordinador de la bancada panista en la Cámara de Senadores
Ernesto Cordero y el presidente del CEN del PAN, Gustavo Madero, el ex presidente
de la República Felipe Calderón en su cuenta de Twitter escribió palabras más,
palabras menos que era una tradición panista que las diferencias internas se
ventilaban adentro del partido con muy buenos resultados.
En efecto,
ahora tras la derrota presidencial del blanquiazul se desató una danza de
negros en donde unos y otros se culpan de la derrota. Nadie acepta su
responsabilidad en el derrumbe electoral de su partido hasta el tercer lugar.
Luego vienen
las desavenencias entre las dos corrientes que se disputan la dirección
nacional profundizando la división interna con la firma del “Pacto por México”
por el presidente nacional, Gustavo Madero.
En común
acuerdo con el PRD y el PRI a iniciativa del Presidente Enrique Peña Nieto
consensuaron una agenda de gobierno de 95 puntos plasmados en el “Pacto por
México”.
Esta vez los
interlocutores válidos por el presidente Peña Nieto fueron los dirigentes de
los tres partidos. Todos los acuerdos de reformas constitucionales fueron negociados directamente con los líderes
nacionales del PRI, PAN y PRD y. luego enviadas a las dos Cámaras del Congreso
de la Unión para que fueran debatidas y aprobadas.
Aparentemente
todo iba bien. Fueron aprobadas varias reformas constitucionales de gran
relevancia. Sin embargo, los integrantes de la Cámara de Senadores asumieron
una posición más crítica y modificaron algunas de ellas mostrando más
independencia del poder ejecutivo y de los integrantes del “Pacto por México”.
Lo que hizo
crisis y afloraran las diferencias entre la corriente calderonista y la de
Gustavo Madero fue el hecho que la bancada panista y perredista firmaron e
hicieron público un documento de reforma política que lo incorporarían a la
agenda de esa Cámara de Senadores como reforma prioritaria.
Esta
iniciativa enojó al líder nacional del PAN y al del PRD aunque en menor medida.
Acusó Madero
que Ernesto Cordero se fue por la libre, sin consultarlo, lo que ocasionó que
el domingo pasado fue cesado como coordinador de la bancada panista.
Este cese
fulminante de Ernesto Cordero provocó el descontento de 24 senadores que hicieron
llegar una carta abierta a su dirigente nacional reprobando esa acción
autoritaria, por lo cual le refrendaron el apoyo a su coordinador. Gustavo
Madero hizo caso omiso y dijo que era una de sus atribuciones por lo que nombró
al nuevo coordinador, al Senador por Colima Jorge Luis Preciado. Se comenta en
los corrillos políticos que esta pugna viene desde el año pasado por la disputa
del control del PAN entre ambas corrientes.
Se comentó
que Felipe Calderón opera políticamente desde el Senado de la República por
medio de Ernesto Cordero. Esta corriente disiente de su líder nacional por el
hecho de haber entregado un cheque en blanco al presidente Peña Nieto a tal
grado que el partido ha sido una comparsa del PRI y que favorecerá el posicionamiento
electoral del PRI en las próximas elecciones.
El problema
que enfrentará el Presidente Peña Nieto es sí Gustavo Madero será su único
interlocutor para sacar adelante la agenda del “Pacto por México” toda vez que
la mayoría de los senadores del PAN apoyan a Ernesto Cordero, es decir, 24 de
los 38, pues existe el riesgo que la totalidad de los senadores no se
disciplinen a su nuevo coordinador. Lo más probable será que el Secretario de Gobernación tenga que
buscar los buenos oficios de Ernesto Cordero para sacar adelante las reformas
constitucionales que aún están pendientes.
La posición
del depuesto coordinador será vital en la factibilidad del “Pacto por México”
y, además se ubicará como un fuerte
aspirante a la presidencia nacional de su partido en diciembre próximo.