Conjeturas
Por
Francisco Cruz Angulo
La creciente degradación moral en la que vienen incurriendo
líderes y gobernantes del PRI, PAN y PRD en el Estado de Guerrero y que hoy son
severamente cuestionados por las multitudinarias marchas de protesta por los 43
estudiantes normalista de Ayotzinapa
secuestrados y desaparecidos, nuestro sistema de partidos que es el sustento de
nuestra democracia pierde credibilidad ante los ciudadanos.
Hace una década había un referente de esperanza. Miles de
jóvenes y la clase media veían en la izquierda representada por el PRD como una
alternativa de poder. Eso se pudo constatar cuando su candidato presidencial,
Andrés Manuel López Obrador obtuvo más de 13 millones de votos para convertir
al partido del Sol Azteca como la segunda fuerza política-electoral en el país.
A dos años de aquella elección presidencial ese partido entró
en una etapa de división interna que culminó con la dimisión de López Obrador
del PRD y luego fundar su Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) que ya
con registro legal en mano competirá en los procesos electorales estatales y
federales en 17 entidades del país en los comicios del 7 de junio del 2015.
La corriente de “Nueva Izquierda”, corriente hegemónica
lidereada por los “chuchos” controló inicialmente una desbandada de militantes
y líderes. Luego logró con éxito negociar a través del “Pacto por México” temas importantes de su agenda política, entre
otras, la reforma Educativa; la Reforma en Telecomunicaciones; la reforma Hacendaria
y la reforma Política-Electoral. O sea, la dirigencia nacional encabezada por
Jesús Zambrano logró ser parte activa en la agenda nacional logrando lo
inusitado para un partido de izquierda,
esto es, presidir la mesa directiva en ambas cámaras del Congreso de la Unión.
Todo era viento en poca hasta que vinieron los
acontecimientos trágicos del 26 de septiembre cuando la policía municipal de
Iguala, Guerrero gobernado por el perredista, José Luis Abarca, éste ordenó
detener a toda costa que un numeroso grupo de normalistas que según su esposa,
María de los Ángeles Pineda Villa pretendían boicotear su informe de trabajo.
El resultado de esta orden ya la conocemos: 3 estudiantes muertos y tres
civiles más y enseguida el secuestro y la desaparición de 43 estudiantes
normalistas mismos que todos los aparatos policiacos y de inteligencia militar
no los han localizado ni vivos ni muertos.
Según las crónicas periodísticas de aquella región del estado
guerrerense desde hace un año ya eran del dominio público que el alcalde de
Iguala y su esposa tenían vínculos directos con la banda de criminales
“guerreros unidos”. Incluso fue denunciado ante el Procurador General de
Justicia Estatal el secuestro y el asesinato de tres dirigentes de la
organización perredista denominada unidad popular a manos del mismo Edil perredista.
De estos hechos sangrientos nada hizo el gobernador
perredista, Ángel Aguirre ni los líderes nacionales del PRD. En vez de abrir
una investigación la dirigencia nacional perredista premió a la esposa del
presidente municipal designándola como consejera nacional y de no haber ocurrido
los hechos abominables del 26 de septiembre sería postulada como candidata a
presidente municipal en el 2015.
Ahora todos pretenden lavarse las manos. Nadie acepta su
responsabilidad. Tanto el Gobierno Estatal como el Federal conocían que en más
de 30 ayuntamientos de la tierra caliente de Guerrero los policías municipales
y hasta los mismos alcaldes, ya sea en complicidad o por omisión estaban
infiltrados por los grupos delincuenciales de “guerreros unidos” y los rojos
que operaban años atrás bajo las órdenes de los Beltrán Leyva.
¿Por qué no hicieron nada el gobierno estatal y federal?
Según algunos analistas de aquella entidad toda la clase política priista,
panista y perredista están embarrados de lodo y sangre, y por tal motivo se
protegen las espaldas unos y otros tal y como así ocurría en el Estado de
Michoacán, gobernado por el PRI.
Mientras todas las autoridades se rasgan las vestiduras y
prometen encontrar a los desaparecidos y castigar a los responsables caiga
quien caiga. Por lo pronto el día de ayer, aunque tardíamente el PRD anunció
oficialmente la separación de Ángel Aguirre como gobernador del Estado y de
esta manera despresurizar la movilización popular que exige vehementemente localizar
a los 43 normalistas desaparecidos.
Me parece algo extraño el hecho que MORENA y López Obrador
guarden un bajo perfil respecto a su posición en torno a los acontecimientos
arriba señalados.
Es probable
que como un viejo zorro espere pacientemente el desenlace de los hechos y luego
ya en campaña electoral utilice toda esta cloaca política para alzarse como el
único partido que puede regenerar a las instituciones hoy puestas en entre
dicho por una creciente irritación popular. A rio revuelto ganancia de
pescadores.