Por Francisco Cruz Angulo
El sainete que se traen los senadores del Partido Acción
Nacional (PAN) va para largo. Todo se inició cuando el presidente nacional del
blanquiazul, Gustavo Madero de un manotazo quitó de la coordinación de la
bancada de su partido en el Senado de la República a Ernesto Cordero y en su
lugar fue colocado el Senador Jorge Luis Preciado.
El motivo de este desencuentro fue que el senador Cordero
sacó de la mangua con el apoyo de 25 miembros de su grupo un proyecto de
reforma política electoral al margen del “Pacto por México” y sin consultar al
jefe nacional de su partido.
Luego de unos días de dimes y diretes fue evidente que se exacerbaron
los ánimos entre los calderonistas y maderistas. Inexplicablemente apareció en
cada una de las cuentas bancarias de los 37 senadores panistas un depósito de
430 mil pesos. Los primeros en reaccionar fueron los calderonistas quienes por
voz del vicecoordinador denunció públicamente que con ese depósito se pretendía
silenciar y disciplinarlos al nuevo coordinador, Jorge Luis Preciado.
Este reaccionó, negó tales acusaciones aduciendo que ni él
mismo lo sabía, por lo que despidió al vicecoordinador por haberlo calumniado.
La respuesta de los calderonistas no se hizo esperar. Convocaron
a una sesión plenaria para reformar los estatutos internos de la fracción parlamentaria
a la que no asistió por supuesto los maderistas ni su coordinador. Al tener la
mayoría de senadores el grupo encabezado por Ernesto Cordero aprobaron los nuevos
estatutos que le quitaron el manejo de la chequera a su coordinador. En base a
la nueva norma nombraron como su tesorero a uno de los suyos, al senador
Francisco Bonilla, quien el pasado jueves tomó posesión del cargo.
El viernes pasado vino la respuesta. El coordinador de la
bancada panista desconoció los nuevos estatutos porque fueron aprobados al
margen de la norma interna de la Cámara de Senadores y del grupo parlamentario,
por lo que haciéndose acompañar por un agente del ministerio público levantó
una demanda de usurpación de funciones y despojo. Luego se presentó a la
Procuraduría General de Justicia del
Distrito Federal a ratificar su denuncia. Por su parte el dirigente nacional
del PAN apoyó esta demanda en contra de quien usurpó la tesorería de la bancada
panista.
Este pleito de comadres que al enojarse se sacaron sus
verdades evidenció lo que todos conocemos pero que no se había hecho público
por sus mismos protagonistas; a saber:
1.-La discrecionalidad y falta de rendición de cuentas con lo
que manejan los recursos públicos en las bancadas de todos los partidos
políticos en el Congreso de la Unión.
2.-La chequera de las bancadas son utilizadas para comprar
conciencias o castigar a los que no se disciplinan a la línea oficial.
3.-De ser cierta la versión de los calderonistas de la
asignación de los 430 mil pesos a cada uno de los senadores disque para que
apoyaran a los candidatos panistas en cada uno de los estados en las campañas
electorales estaríamos ante un evidente delito electoral.
4.-Además de la lucha interna de ambos grupos por la chequera
está en juego la disputa por la presidencia nacional de Acción Nacional. Será
en el mes de diciembre cuando se elija al sucesor de Gustavo Madero.
5.-De igual manera, tanto calderonistas como maderistas buscan
posicionarse desde una posición de fuerza en las negociaciones de cara a las
reformas estratégicas del presidente Peña Nieto, esto es, en las reformas Financieras,
Hacendaria y Energética. Tanto Gustavo Madero como Peña Nieto coinciden que
estas reformas se darán en el marco del “Pacto por México”. Sin embargo,
Ernesto Cordero y su grupo tienen los votos suficientes para que pasen o no las
reformas constitucionales. De allí la posición estratégica de este grupo de
senadores calderonistas.
Los resultados electorales en los 14 estados en donde habrá
elecciones, sobre todo, la gubernatura en Baja California decidirá el destino
final de ambas corrientes. De caérsele el electorado al PAN será difícil que
Gustavo Madero se reelija. Entonces ese partido entraría en una crisis más
profunda.
A rio revuelto
ganancia de pescadores. El más
beneficiado será el tricolor.