Conjeturas
Por
Francisco Cruz Angulo
Ante la creciente demanda de los servicios de educación
pública en educación básica y media superior seguramente cientos de niños y
jóvenes por la falta de espacios en las escuelas pública sus progenitores
recurrirán a inscribir a los colegios y universidades privadas en busca de
otorgar educación a sus hijos.
Esta alternativa es necesaria en la medida que el estado
mexicano es incapaz de garantizar el acceso a la educación laica, gratuita y
obligatoria siempre y cuando la autoridad educativa supervise que sea de
calidad y cumpla con los planes y programas de estudios que son el hilo
conductor de nuestro sistema educativo nacional.
Pues bien en Nayarit en los dos últimos gobiernos estatales fueron
entregados indiscriminadamente decenas de permisos de funcionamiento y de
validez de estudios a colegios y universidades privadas. A la fecha numerosa de
ellas resultaron ser un fraude a los padres de familia debido a que el segundo
año de ejercicio escolar desaparecieron sus directivos dejando colgados de la
brocha a cientos de niños y jóvenes. La vox populi las denomina colegios y universidades
patitos.
Este tipo de colegios y universidades privadas recurren para promocionarse
a una publicidad engañosa que, de ser cierta tendríamos miles de niños y
jóvenes genios. Lo mismo prometen enseñarles destrezas en Karate, Kung Fu,
natación, computación, inglés, oratoria e inculcar los valores cívicos y
morales y hasta de religión.
Esto me recuerda la publicidad truculenta de la hermandad de
curanderos que explotan la ingenuidad de
la gente, la que se deja seducir por sus brebajes milagrosos, talismanes mágicos,
sanación por telepatía y que lo mismo curan un crónico dolor de cabeza como a la
impotencia sexual y hasta hacer regresar a la esposa infiel porque según ellos
está bajo un hechizo.
Regresando al comentario de los colegios privados que engañan
a la gente en días pasados quedó al descubierto la inmoralidad el señor Roberto
Arellano Sandoval propietario del colegio “Albert Einstein” ubicado en la
colonia Lázaro Cárdenas de esta ciudad.
Este colegio proporciona educación privada de kínder,
primaria y secundaria. Su población escolar es de 200 alumnos. Por cada estudiante cobra de cuota 1,200 pesos
mensuales, más 300 pesos por derecho a los servicios del IMSS.
El propietario de este colegio particular resultó todo un fichita.
La semana pasada su propietario desencadenó un escándalo
público cuando sin ninguna justificación cesó fulminantemente a su director el
Profr. Roberto Ahumada y a una mayoría de profesores que se identifican con el proyecto
académico del director Profr. Ahumada e imponiendo a un nuevo personal docente
y directivo sin explicación alguna, lo que provocó el llanto y susto de los
niños que unos corrían a esconderse en los patios y otros se encerraron en sus aulas.
Todo fue un desconcierto, mientras que en la dirección se escuchaban gritos
airados entre el propietario y los despedidos.
Una niña logró comunicarse con su mamá y llanto de por medio le
narró los hechos por lo que en menos de una hora decenas de padres de familia
se presentaron al susodicho colegio y encararon a su propietario quien se
mostró inflexible en su decisión.
El director despedido y un grupo de padres de familia
localizaron al gobernador Antonio Echevarría García al que le narraron esas
acciones ignominiosas. De inmediato el Ejecutivo Estatal giró instrucciones a
la Secretaria de Educación Margarete Moeller Porraz de investigar y resolver dicho problema.
La investigación arrojó que la secundaria carece de registro
de reconocimiento oficial; que el logotipo original es el del Colegio
Internacional Posmoderno y no el del Colegio Albert Einstein.
Además su propietario se embolsó 300 pesos por cada alumno
que supuestamente deberían cubrir los servicios del seguro social durante el
2017, es decir se robó 60 mil pesos.
El director cesado denunció a la vez que durante varios meses
su propietario no entregó un solo centavo para el mantenimiento de ese colegio,
por lo que tuvo que recurrir al apoyo generoso de los padres de familia.
En otras palabras el propietario de ese instituto es uno de
tantos fichitas que utilizan los servicios de educación privada para financiar
otros negocios turbios. Además dicen que tiene problemas de personalidad. Este
singular ejemplo debe servir para que la SEP estatal realice una exhaustiva
supervisión de todos los centros de enseñanza privada en el estado, esto es,
calidad moral de sus directivos, calidad de su plantilla de profesores,
aceptable infraestructura escolar y que se apliquen las normas de nuestro sistema educativo. La
educación de nuestros niños y jóvenes no debe estar en manos de fariseos que utilizan
la educación privada como una minita de oro o hacer negocios truculentos.
En suma, en solidaridad con el director cesado 150 niños
abandonaron al mencionado colegio para concluir su ciclo escolar en las
instalaciones de otro colegio particular que les abrió generosamente sus
puertas…