Conjeturas
Por
Francisco Cruz Angulo
Una vez que se apruebe la Reforma Hacendaria, sus leyes
complementarias y el Presupuesto de Egresos por la Cámara de Senadores se dará
curso al debate y aprobación de la reforma política, condición del PAN y PRD de
entrarle a la discusión de la reforma
Energética que es considerada la de mayor trascendencia porque de ella
dependerá la viabilidad de todos los programas sociales, entre otros, el combate
a la pobreza, el crecimiento económico y a la seguridad social universal de los
mexicanos.
En la reforma política estará sobre la mesa de las bancadas
del PRI-PAN y PRD -entre las más importantes- la reeleción de legisladores
federales y estatales y de los presidentes municipales así como la creación del
Instituto Nacional Electoral. Lo que no pasará por la agenda del PRI será la
segunda vuelta electoral y el cambio de régimen político, o sea, a cambiar el
sistema presidencialista por uno parlamentario que se sustentaría en gobiernos
de coalición con la figura de un Primer Ministro y un Jefe de Estado, que es la
propuesta del PAN-PRD.
En el caso de la reelección de los legisladores federales y
estatales se argumenta que es necesario estimular su profesionalización en
virtud que dispongan más tiempo para capacitarse en la carrera parlamentaria
toda vez que hoy en día cada tres años arriban políticos que no saben ni papa
de lo que es legislar por lo que generalmente son unos cuantos diputados y
diputadas los que llevan la batuta en los Congresos locales y federal en tanto
que el resto se concreta a levantar el dedo y cobrar puntualmente sus
quincenas.
Respecto a los alcaldes ocurre lo mismo en sus tareas de
gobernar a los municipios; arriban personajes que carecen de experiencia
administrativa y van con la idea que se sacaron la lotería pues toman ese cargo
como si fuera un patrimonio familiar o un escalón para ascender a otro puesto
público. Son innumerables los ejemplos de cómo estos llamados servidores
públicos saquean la hacienda municipal y enajenan bienes públicos mediante el
tráfico de influencias.
Por supuesto hay honrrosas excepciones. El problema es que
estos alcaldes que sí tienen mística de servir
a la comunidad no tienen tiempo para concluir su proyecto de gobierno; Ahora
se abre la posibilidad de ser relectos. Entonces, de aprobarse la reeleción podrán
someterse a la voluntad popular de si los reeligen o no para un nuevo mandato.
A mi juicio sería interesante que en la próxima reforma
política fuera considerada la revocación de mandato a gobernador y presidentes
municipales. No tenemos por qué soportar hasta que concluya su mandato a gobernantes
ineptos, demagogos y corruptos. Ello obligaría a quienes aspiren a dichos
cargos a capacitarse y así cumplir eficientemente con el cargo que le fue
conferido en las urnas.
La revocación de mandato sería una medida preventiva que
evitaría la bancarrota en las que se encuentran miles de ayuntamientos y
algunos gobiernos estatales.
La otra reforma política que será muy debatible en el Congreso de la Unión es la desaparición
del IFE y en su lugar sustituirlo por el Instituto Nacional Electoral.
Luego que se dio a conocer esta propuesta del PAN y PRD
numerosos institutos estatales electorales pegaron el grito al cielo. Con justa
razón reclaman ser escuchados. Esta decisión de cambio no debe ser impuesta
desde el centro.
Argumentan los impulsores de esta reforma que las
instituciones electorales estatales han sido cooptadas por el jefe del Poder
Ejecutivo vía de los Congresos de los Estados en donde el partido gobernante
tiene mayoría en las legislaturas y que por lo tanto no son autónomos y se
prestan a los intereses políticos del gobernador en turno.
Al PAN y al PRD les cayó su propio escupitajo cuando el
blanquiazul estuvo en la silla presidencial durante 12 años jamás hizo esta
propuesta al igual que el PRI de las décadas pasadas no solo controlaba en donde
eran gobierno las institución estatales y municipales sino también las
delegaciones federales que eran utilizadas para hacer proselitismo electoral y
los fondos públicos para financiar campañas electorales. Por igual el PRD no
canta mal las rancheras en donde son o han sido gobierno.
Ahora descalifican a todos con un mismo rasero al desconocer
el magnífico trabajo de aquellos institutos estatales en donde se dio la
alternancia en sus estados.
Creo que el cambio de nomenclatura no resolverá de fondo la
inequidad y opacidad en las campañas electorales. El uso descomunal de dinero
público y privado en las precampañas y luego en los tiempos legales de campaña
solo se podrá combatir cuando se aplique rigurosamente la ley y no quede impune
nadie. Hoy todo mundo se hace de la vista gorda y no pasa nada.